Invertir es un proceso complejo que implica muchos riesgos y requiere:
1
Alta dedicación temporal
2
Acceso y capacidad para seleccionar las mejores oportunidades
3
Conocimientos sobre cómo gestionar el proceso de inversión
Todo ello son cosas que se van aprendiendo con el tiempo, pero que en las primeras inversiones implican tasas de fracaso elevadas. En nuestra opinión, la mejor forma de evitar estos problemas es empezar a invertir de la mano de inversores experimentados.